La niña en esta foto perdió la audición y vio a su mamá ser ‘pateada escaleras abajo’ — Ahora es la segunda chica Bond en ganar un Oscar

 La niña en esta foto perdió la audición y vio a su mamá ser ‘pateada escaleras abajo’ — Ahora es la segunda chica Bond en ganar un Oscar

La chica en la foto, que parece casi irreconocible, tuvo que soportar una infancia violenta, la pérdida de la audición y una serie de relaciones fallidas antes de llegar a donde está hoy. Ella es una de las actrices birraciales más exitosas de Hollywood, pero detrás de su imagen glamorosa yace una trágica historia de vida. Más tarde emergió como una fuerza enigmática en el mundo del entretenimiento. Halle Berry, un nombre sinónimo de estrellato de Hollywood, lleva consigo una historia de vida que trasciende el glamour de la pantalla plateada. La chica capturada en esta foto, que se parece casi nada a la estrella glamorosa que conocemos hoy, tuvo que superar una infancia traumática y una pérdida de audición antes de brillar en la pantalla grande.

Pero a pesar de todo, Berry se destaca como una de las actrices birraciales más exitosas. Lo que realmente distingue a Berry es su notable dedicación a su oficio. Conocida por su compromiso inquebrantable con sus roles, se convierte en los personajes que interpreta tanto dentro como fuera del set.

Este compromiso dio sus frutos significativamente, impulsándola a la prominencia cuando abrazó el desafiante papel de una adicta al crack en Jungle Fever de Spike Lee (1991), marcando su gran avance cinematográfico. En 1992, logró una química en pantalla como nunca antes, enfrentándose a Eddie Murphy como su interés amoroso en Boomerang (1992).

Al año siguiente, cautivó con su interpretación de la seductora secretaria “Sharon Stone” en Los Picapiedra (1994), asegurando un seguimiento devoto. Su notable viaje continuó con una conmovedora actuación en el drama de adopción “Losing Isaiah” (1995) junto a Jessica Lange.

Con el tiempo, el talento y la dedicación de Berry cosecharon elogios y reconocimientos. Su interpretación de una mujer callejera en “Bulworth” (1998) recibió elogios, y alcanzó aún más alto en 1999 con su retrato de la actriz Dorothy Dandridge en “Introducing Dorothy Dandridge” (1999), ganando un codiciado Globo de Oro a la Mejor Actriz en una película/mini-serie de TV.

Es importante destacar que en el nuevo milenio diversificó su repertorio con su interpretación de la poderosa mutante en “X-Men” (2000) y su fascinante actuación en el suspense de “Swordfish” (2001).

La cúspide de su carrera llegó en 2001 cuando hizo historia como la primera afroamericana en asegurar el Oscar a la Mejor Actriz por su conmovedor papel en el drama “Monster’s Ball” (2001), solidificando su legado como una verdadera pionera en la industria cinematográfica.

Resiliencia Nacida de la Adversidad: La Infancia Inolvidable de Halle Berry Nacida en Cleveland, Ohio, el 14 de agosto de 1966, Berry emergió del crisol de la adversidad para conquistar su lugar en el mundo. Su herencia racial, producto de un padre negro y una madre blanca, cultivó su identidad única. Sin embargo, su crianza en Oakwood, Ohio, estuvo marcada por los impactos desgarradores del racismo y la violencia doméstica.

A los cinco años, se encontró en una realidad que ningún niño debería soportar: la brutalidad del abuso infligido a su madre. Fue dentro de este paisaje turbulento que fue testigo del sufrimiento de su madre mientras era sometida a abusos físicos por parte de su padre.

Berry recuerda los momentos desgarradores cuando vio a su madre “ser pateada escaleras abajo” y golpeada en la cabeza con una botella de vino, todo mientras ella miraba impotente. El trauma de la infancia de Berry dejó profundas cicatrices en su mente y corazón. Luchó con una baja autoestima y depresión, sintiendo que no pertenecía a ningún lugar.

Incluso mientras luchaba con su propio trauma, el corazón de Berry anhelaba los sueños no realizados de su madre. El feroz deseo de su madre de que sus hijas presenciaran el empoderamiento y la resiliencia estaba encadenado por las cadenas de una relación opresiva, dejando a Berry con un profundo sentido de impotencia. Compartió:

“Ella se quedó por demasiado tiempo, y sus hijos, mi hermana y yo, vimos demasiado, y he sufrido el daño de ser hija de violencia doméstica.”

El viaje de Berry desde una infancia atormentada hasta convertirse en un faro de esperanza comenzó cuando decidió romper el ciclo de abuso. Su decisión de canalizar su dolor en acción la llevó al Centro Jenesse, un santuario para sobrevivientes de violencia doméstica.

Berry voluntariamente se unió al centro, prestando su voz y fuerza a aquellos que habían sufrido como ella alguna vez había sufrido. Su conexión con el Centro Jenesse no es solo un acto de filantropía; es un testimonio de su compromiso con la curación, el empoderamiento y la defensa. Dijo:

“Sentí los efectos que eso tuvo en nuestra familia; he experimentado lo que estas mujeres han pasado.”

Las cicatrices de su propio pasado se han transformado en una fuente de fuerza, motivándola a ofrecer consuelo y orientación a mujeres y niños que comparten el dolor que una vez conoció.

Berry encontró adversidad desde una edad temprana; enfrentar el racismo y la violencia fue una introducción desgarradora a las crudas realidades de la vida. Persistió a través del dolor personal, incluso soportando un incidente que le dejó una pérdida auditiva significativa. También tuvo una serie de relaciones y matrimonios fallidos.

Su viaje marital también ha sido tumultuoso, marcado por tres divorcios: David Justice de 1993 a 1997, Eric Benét de 2001 a 2005 y Olivier Martinez de 2013 a 2016. La infidelidad y el engaño marcaron algunas de estas relaciones. Berry también es madre de su hijo Maceo, nacido en 2013 con Martinez.

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