Nadie creía que la bebé sobreviviría, pero la niña fue lo suficientemente fuerte como para luchar contra la enfermedad con la que nació

 Nadie creía que la bebé sobreviviría, pero la niña fue lo suficientemente fuerte como para luchar contra la enfermedad con la que nació

Armani Milby, la hija de Chelsey de Kentucky, es una bebé extraordinaria, nacida con una condición única que causó que sus brazos y pecho se hincharan, pareciendo la musculatura de un fisicoculturista. Después de tres intensos primeros meses que requirieron atención médica especializada, el pronóstico de Armani ahora es más positivo, con más tratamientos en el horizonte.

Chelsey relata el difícil viaje que han enfrentado desde el nacimiento de Armani, pero se mantiene optimista sobre su recuperación. La anomalía fue detectada a las 17 semanas de embarazo de Chelsey, con los médicos diagnosticando un caso grave de linfangioma, una rara condición que lleva a tumores benignos en el sistema linfático, lo que resulta en una hinchazón significativa en la parte superior del cuerpo de Armani.

Contrario al sombrío “cero por ciento” de tasa de supervivencia dado por los médicos, Armani desafió las probabilidades, naciendo a las 33 semanas mediante cesárea, con un peso de 12 libras. El embarazo de Chelsey fue tan pronunciado que los espectadores especulaban que podría estar llevando trillizos.

El diagnóstico dejó a Chelsey, madre de dos niños sanos, en estado de shock y desesperación, poco familiarizada con la condición y aprehensiva sobre los resultados que investigó.

La resistencia de Armani desde entonces ha aliviado algunos de los temores iniciales de Chelsey. Apodada “mini Hulk” al nacer debido a su tamaño, Armani se sometió a cirugías para aliviar la acumulación de líquido, lo que le valió el nuevo apodo de “blandito” de Chelsey debido a la piel excesiva resultante, que se espera que se normalice a medida que crezca.

Chelsey es optimista sobre el futuro de Armani, reconociendo las inevitables cicatrices de sus cirugías, pero agradecida por el progreso y bienestar de su hija. A los nueve meses, Armani se está preparando para otra cirugía para abordar más problemas linfáticos, mientras que Chelsey misma ha luchado contra la depresión posparto, esforzándose por mantener la fortaleza para su familia.

A pesar de los desafíos diarios, Chelsey se reconforta por el desarrollo de Armani, mientras comienza a cumplir hitos del desarrollo y muestra signos de pronto decir sus primeras palabras.

Agradecida por su “bebé milagro”, Chelsey está aliviada y llena de esperanza por la salud y el futuro de Armani.

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