“Un Sorprendente Momento Navideño”: Esposo Lanza $50 y Exige una Cena Lujosa
Cada Navidad, mi esposo Greg insiste en que organicemos la cena para su familia, tratándolo más como un decreto real que como una decisión en pareja. Este año, las cosas tomaron un giro inesperado cuando, durante una discusión sobre el presupuesto, me lanzó un billete arrugado de $50, sugiriendo con arrogancia que “fuera ingeniosa” para evitar avergonzarlo frente a su familia. El gesto me dejó sorprendida y furiosa, pero en lugar de confrontarlo directamente, decidí enseñarle una lección que no olvidaría.
En los días siguientes, dejé que Greg pensara que estaba estirando su ridícula contribución. Mientras tanto, planeaba en secreto un festín extravagante utilizando mis ahorros personales. El día de Navidad, la casa se transformó en un espectáculo navideño, con elegantes decoraciones y un banquete gourmet. Mientras la familia de Greg admiraba la decoración, él se bañaba en elogios inmerecidos, atribuyendo con orgullo los $50 a la lujosa cena.
Cuando llegó el postre, brindé y revelé que la cena en realidad había costado $750, pagados íntegramente con mis ahorros. Greg se puso rojo como un tomate mientras su familia reaccionaba con asombro y decepción, especialmente su madre, que expresó su vergüenza. Greg intentó explicarse, pero dejé claro que su desprecio no quedaría sin respuesta.
Para rematar la noche, le entregué a Greg el recibo de un retiro de spa de fin de semana que había reservado para mí. Era mi recompensa bien ganada por haber logrado lo imposible bajo su “presupuesto”. Sus hermanos se rieron, su padre murmuró, “Te lo tenías merecido”, y su madre permaneció visiblemente desaprobando el comportamiento de Greg.
Mientras Greg estaba atrapado en la cocina fregando platos, disfruté del resto de la noche en compañía de su familia, quienes me colmaron de cumplidos. En cuanto al retiro de spa, planeaba disfrutarlo sola, dejando a Greg reflexionar sobre lo mal que le salió su desafío.