“Un hombre de 87 años regresa a su casa para encontrar que sus pertenencias fueron tiradas”: ¡La razón detrás de esta historia!
El padre de Angelina, Chris Harvey, la llamó desde el hospital tras un episodio cardíaco, pidiéndole que fuera a ayudarlo en Austin, Texas. Lamentablemente, Angelina no pudo visitarlo ya que se le habían agotado los días libres pagados en el trabajo, por lo que instó a su hijo Peter a que fuera en su lugar. Después de algo de persuasión, Peter aceptó viajar con su esposa, Hannah, bajo el pretexto de ayudar a Chris a recuperarse. Lo que Angelina no sabía era que Peter tenía motivos ocultos, ya que pensaba que pronto heredaría la casa de su abuelo y podría hacerla suya.
Cuando Chris regresó del hospital, se sorprendió al encontrar su casa casi vacía, con muebles esparcidos afuera y sábanas plásticas cubriendo partes del interior. Peter explicó que estaban remodelando la casa como sorpresa, asegurando a Chris que sus pertenencias estaban a salvo en un almacén. Chris se sintió conmovido por lo que creyó un gesto amable, pero su percepción cambió rápidamente cuando escuchó a Peter y Hannah discutiendo. En su conversación, revelaron su verdadera intención: pensaban que Chris moriría pronto y que la casa quedaría en sus manos.
Decidido a darles una lección, Chris siguió la corriente y les dijo a la pareja que planeaba mudarse a una residencia de ancianos y darles la casa. Emocionados, Peter y Hannah invirtieron tiempo y dinero en terminar la remodelación. Cuando el trabajo estuvo terminado, incluso organizaron una fiesta de inauguración, pensando que la casa ya era suya. Durante el evento, Chris se levantó para hacer un brindis, revelando que sabía cuáles eran sus verdaderas intenciones. Declaró que mantendría la casa para él y más tarde la donaría a una organización benéfica, dejando a Peter y Hannah avergonzados frente a sus amigos.
Peter intentó razonar con Chris, pero el hombre mayor no quiso escucharlo, echando a todos de su casa. Al día siguiente, Chris le informó a Angelina lo que su hijo había hecho. Ella quedó devastada por las acciones de Peter, pero aceptó que Chris tenía derecho a hacer lo que quisiera con su propiedad. Chris le advirtió que tuviera cuidado, ya que había visto cuán egoístas y deshonestos podían ser Peter y Hannah.
A pesar de todo, Chris vivió otros 11 años, disfrutando de la casa que había sido su hogar durante décadas. Según sus últimos deseos, su abogado vendió la casa y donó todo el dinero a una organización benéfica que apoyaba a los ancianos, asegurando que su legado ayudara a otros necesitados.