Estuvo 24 horas fuera por una cirugía mandibular y volvió irreconocible: ¡Mira sus fotos!

 Estuvo 24 horas fuera por una cirugía mandibular y volvió irreconocible: ¡Mira sus fotos!

Desde muy pequeña, Alesia Konovalenko tuvo que enfrentarse a desafíos médicos importantes. Fue sometida a tres cirugías para corregir un paladar hendido, una de ellas destinada a reparar complicaciones de una intervención anterior. Estos procedimientos marcaron profundamente el desarrollo de sus huesos faciales y la alineación de su mordida, consecuencias que arrastró hasta la adultez. Aunque usó aparatos dentales desde los 12 hasta los 16 años, solo lograron disimular temporalmente el problema. “Era como poner una curita en una herida profunda”, recordaba Alesia, subrayando cómo su sobremordida jamás fue realmente resuelta.

Con el tiempo, los síntomas se intensificaron. Años después, comenzó a sufrir un dolor persistente e inexplicable en los oídos, que alertó a los médicos sobre la necesidad de una solución más definitiva. Fue así como, en marzo de 2025, con 24 años, Alesia se sometió a una doble cirugía mandibular: una intervención compleja que no solo era necesaria desde el punto de vista médico, sino que también marcó una transformación profunda en su vida. “Al principio, solo soñaba con tener una sonrisa bonita”, confesó, revelando el impacto que su mordida desalineada había tenido en su autoestima. Pero la cirugía le dio mucho más que eso.

La decisión de operarse no fue impulsiva. Dos años antes, tras usar frenillos por segunda vez, un especialista en articulación temporomandibular (gnatólogo) le advirtió que continuar con el tratamiento ortodóntico podría agravar sus síntomas. Evaluaciones médicas posteriores confirmaron que sus dolores de oído estaban directamente relacionados con la maloclusión. Aquello le dio a Alesia la claridad y la fuerza para dar un paso tan grande.

La recuperación, sin embargo, fue todo menos sencilla. Durante los primeros cinco días, se alimentó únicamente con líquidos administrados por jeringa. Luego pasó lentamente a alimentos blandos con cuchara. Para su sorpresa, al séptimo día su médico le dio luz verde para masticar suavemente, algo que ella no esperaba tan pronto. A pesar de las incomodidades, los beneficios comenzaron a sentirse de inmediato: respiraba mejor, y su sentido del olfato se agudizó como nunca. Entre risas, bromeaba con la idea de escribir un cómic sobre su nueva “supernariz”.

El cambio de Alesia no pasó desapercibido en las redes sociales. Su nueva imagen dejó a los usuarios boquiabiertos. Comentarios como “Parece que eres otra persona, ¡pero aún más hermosa!” o “Estás preciosa, y seguro que la hinchazón bajará pronto” inundaron sus publicaciones. Pero más allá del aspecto físico, lo que verdaderamente conmovió fue la historia detrás: una historia de lucha, aceptación, y la increíble capacidad del ser humano de transformar el dolor en poder.

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