¡Mujer de 36 años ha dado a luz a 44 hijos!: ¡Mira las fotos y conoce su increíble historia!

Mariam Nabatanzi, de Uganda, enfrentó desafíos extraordinarios desde muy temprana edad. Casada a los 12 años con un hombre cuatro veces mayor que ella, dio a luz a su primer par de gemelos a los 13. Debido a una rara condición genética llamada hiperovulación, que provoca la liberación de múltiples óvulos en un mismo ciclo, Mariam continuó concibiendo gemelos, trillizos y hasta cuatrillizos a lo largo de los años. Para cuando cumplió 36 años, había dado a luz a un asombroso total de 44 hijos, mucho más de los seis que originalmente había deseado.
Las dificultades de criar a una familia tan numerosa se intensificaron cuando su esposo los abandonó tras el nacimiento de sus últimos gemelos. Mariam se convirtió en la única proveedora de sus hijos, desempeñando tres trabajos para poder sostenerlos. Corta cabello, decora para eventos y recoge y vende metales desechados. Además, produce y vende su propio gin y medicinas herbales, destinando casi todos sus ingresos a alimentación, ropa, atención médica y educación de sus hijos.
La educación es una de las prioridades más importantes para Mariam. Se esfuerza por brindarles a sus hijos oportunidades que ella nunca tuvo, motivándolos a aprender y construir vidas mejores. Fotografías de sus hijos graduados adornan orgullosamente las paredes de su hogar, símbolo de su dedicación. Sin embargo, las enormes responsabilidades a veces la obligan a tomar decisiones difíciles, como retirar temporalmente a uno de sus hijos mayores de la escuela para ayudar a sostener la familia.
La familia vive en cuatro pequeñas casas de ladrillo y cemento con techos de hierro. El espacio es limitado, por lo que se requiere organización y cooperación estricta. Los niños rotan responsabilidades como cocinar y lavar, mientras que las camas varían entre literas de metal y colchones en el suelo. A pesar de las condiciones difíciles, la familia funciona como un equipo, inspirada por un mensaje colgado en la pared: “Los sábados, trabajamos todos juntos”.
A través de décadas de adversidad, la devoción de Mariam por sus hijos permanece inquebrantable. Su deseo más profundo es sencillo pero conmovedor: que sus hijos encuentren la felicidad y estabilidad que ella, en gran parte, nunca tuvo. Su historia es un poderoso testimonio del sacrificio, la resiliencia y la determinación de una madre por asegurar un futuro mejor para su extraordinaria familia.