La legendaria actriz Angie Dickinson, hoy con 93 años, fue vista recientemente durante una inusual y discreta salida en Los Ángeles, recordándole al mundo la brillante carrera que la convirtió en una de las figuras esenciales de varias generaciones en Hollywood. Con 151 trabajos interpretativos en su trayectoria, Dickinson saltó a la fama a mediados de los años cincuenta, consolidándose rápidamente como una de las presencias más magnéticas de la pantalla.

Su primer gran momento llegó con el wéstern Gun the Man Down (1956), seguido por el clásico Río Bravo (1959), la película que le valió un Globo de Oro como Mejor Actriz Revelación. Allí compartió escena con John Wayne, Dean Martin y Ricky Nelson, imponiéndose con naturalidad entre gigantes de la industria. Años después, Dickinson describiría trabajar con Wayne como “un pedazo de cielo”, recordando su paciencia y la generosidad con la que apoyó a una joven actriz aún buscando su lugar.

En 1974 marcó un antes y un después en la televisión con su interpretación de la sargento Suzanne “Pepper” Anderson en Police Woman, serie que se mantuvo al aire hasta 1978. Con este papel se convirtió en la primera mujer en encabezar un drama policial de una hora en horario estelar. El rol le valió un Globo de Oro, una nominación al Emmy y el reconocimiento como pionera, abriendo camino para innumerables actrices que seguirían sus pasos.

Su carrera en el cine brilló gracias a colaboraciones con algunas de las mayores estrellas de Hollywood: Frank Sinatra, Dean Martin, Ronald Reagan, Michael Caine y tantos otros. Interpretó a Beatrice Ocean en la Ocean’s 11 original (1960) y más tarde confesó que Sinatra fue “el amor de su vida”, aunque admitió entre risas que nunca se habrían casado porque él “vivía de noche”.

Dickinson también ha hablado con total sinceridad sobre cómo Police Woman, a pesar de ser histórica, “perjudicó su carrera en el cine”, pues cambió la percepción del público en una época en la que la televisión estaba por debajo de la gran pantalla. Aun así, siempre se mostró profundamente orgullosa del legado del personaje y del impacto cultural que dejó.

En su vida personal estuvo casada con Gene Dickinson y con el famoso compositor Burt Bacharach, con quien tuvo a su hija Nikki, diagnosticada con autismo y fallecida trágicamente en 2007. Es un dolor que la actriz ha abordado con una honestidad conmovedora.

Su último papel registrado fue en la película de Hallmark Mending Fences (2009). Desde entonces, eligió vivir lejos del foco mediático. Su reciente aparición —vestida de negro, paseando con serenidad— fue un recordatorio delicado de una mujer cuyo talento, fuerza y elegancia marcaron seis décadas de la historia de Hollywood.