Barry Gibb, el legendario cantautor y cofundador de los Bee Gees, ha dejado una huella imborrable en la historia de la música. Con su inconfundible falsete y su excepcional talento para componer, fue clave en la creación de himnos inolvidables como “Stayin’ Alive” y “How Deep Is Your Love.” Su estilo ha sido comparado con el de Lennon y McCartney, y su legado atraviesa generaciones. A lo largo de sus seis décadas de carrera, ha sido reconocido con múltiples honores, incluidos su ingreso al Salón de la Fama del Rock and Roll, al Salón de la Fama de los Compositores, el título de Comandante del Imperio Británico y el nombramiento como caballero.

Fuera del foco mediático, Gibb ha enfrentado pérdidas profundamente dolorosas, sobreviviendo a sus hermanos y compañeros de banda, Maurice y Robin. En medio de esas tragedias, siempre ha resaltado el papel fundamental de su esposa Linda Gray como su refugio emocional. Se casaron en 1970, el día que Barry cumplía 24 años, y desde entonces él reconoce que Linda—ex Miss Edimburgo—ha sido su pilar en los momentos más duros, especialmente cuando sus hermanos se vieron superados por las presiones de la fama. Juntos formaron una gran familia, criando cinco hijos y celebrando la llegada de siete nietos.

La historia de amor entre Barry y Linda comenzó en 1970, cuando él la vio por primera vez durante una grabación del programa Top of the Pops, donde ella trabajaba como presentadora invitada. Gibb sintió una conexión inmediata, y la química entre ellos pronto se transformó en una relación seria. Tras casarse, construyeron una vida llena de momentos compartidos, como cuando en 2009 decidieron obtener juntos la ciudadanía estadounidense. Su unión ha resistido el paso del tiempo, basada en el respeto mutuo y un cariño duradero.

Curiosamente, el destino casi les juega una mala pasada. Gibb ha contado que la campeona de tenis Evonne Goolagong intentó presentarle a Linda antes de que se conocieran oficialmente. Además, la belleza de Linda no pasaba desapercibida: incluso el actor Steve McQueen intentó cortejarla en una ocasión cuando coincidieron en un estudio de grabación. Barry recuerda estas anécdotas entre risas y orgullo, subrayando cuán especial ha sido siempre Linda para él.

A pesar de los desafíos propios de la fama mundial, la relación entre Barry Gibb y Linda Gray se ha mantenido firme como una roca. Más de medio siglo de amor los respalda, convirtiéndose en un verdadero ejemplo de compromiso y fortaleza emocional. En un mundo donde las relaciones de celebridades rara vez sobreviven al paso del tiempo, lo suyo brilla como una historia inspiradora de amor que se ha fortalecido con cada obstáculo superado juntos.