“Clamor”: Mamás “jóvenes” de 30 años desafían a una mujer de 50 años

Esta foto sin filtros me captura en vacaciones, libre de las restricciones del maquillaje y los retoques artificiales que muchas mujeres sienten presión de adoptar. Aunque algunos puedan considerarme excéntrica por abrazar mi belleza natural, ya me he acostumbrado a los comentarios críticos que suelen acompañar el proceso de envejecer.
A diario, mi bandeja de entrada se llena de mensajes dolorosos que me recuerdan mi edad y critican mis elecciones. Estoy constantemente bombardeada con consejos no solicitados sobre cómo debería vestirme o peinarme, a menudo presentados de manera condescendiente.
Es evidente que muchas personas ven a las mujeres mayores de 50 años como si hubieran pasado su mejor momento, incapaces de mantener una apariencia juvenil y atractiva. Esta perspectiva anticuada se refleja en la manera en que muchas veces somos tratadas en la sociedad. Cuando entro a una tienda de ropa, los vendedores con frecuencia me ofrecen opciones que consideran apropiadas para mi edad. La suposición de que las mujeres mayores solo deben vestir ciertos estilos es tanto retrógrada como ofensiva.
¿Por qué es tan difícil para las mujeres más jóvenes entender que una mujer de cualquier edad puede llevar una falda corta en un día caluroso de verano, especialmente si tiene una figura favorecedora? Este doble estándar refleja las expectativas sociales que limitan las elecciones y la autoexpresión de las mujeres.
La creencia de que la atracción está ligada únicamente a los retoques artificiales como pestañas postizas y maquillaje llamativo es igualmente errónea. La belleza natural es tan valiosa como cualquier otra, si no más. La celulitis, una preocupación común entre mujeres de todas las edades, no debe verse como un defecto.
Quiero iluminar a las mujeres jóvenes sobre la evolución de las percepciones de la belleza y el envejecimiento. En mi generación, el término “piel de naranja” era desconocido. La celulitis no era un problema principal, y las mujeres aceptaban sus cuerpos naturales con mayor facilidad.
Esforcémonos por una sociedad que valore y celebre a las mujeres de todas las edades, reconociendo su belleza única, su fortaleza y su resiliencia.