La habitación inicialmente se veía así en la foto. Por supuesto, ya se estaban realizando trabajos de reparación en ese momento. Reemplazamos las instalaciones, pusimos un nuevo piso y realizamos otras pequeñas tareas. Esta foto fue tomada cuando la pared aún estaba conectada al baño. Se puede ver que el estado de la cocina estaba extremadamente descuidado: un fregadero roto, viejos estantes metálicos para platos, azulejos de la era soviética. Era evidente que no se habían realizado reparaciones aquí en unos 50 años.

Por supuesto, los muebles y materiales de acabado antiguos tenían cierta calidad. Es difícil imaginar que los muebles de IKEA duren tanto. Sin embargo, debido a la antigüedad de la renovación, la cocina lucía “fatigada” y pasada de moda. Vale la pena mencionar por separado el grifo de la cocina, que era doble y se veía muy extraño. Otra característica era la ubicación de los radiadores.

Estaban instalados uno encima del otro, y uno de ellos estaba por encima del nivel de la mesa de cocina. Se veía extremadamente inusual. Después de la renovación, la cocina cambió más allá de lo reconocible. Se volvió compacta, funcional y modernamente equipada. Los tonos de los muebles y materiales están armoniosamente seleccionados, lo que le da a la cocina un aspecto fresco y atractivo.

El área de la cocina es de 4,5 metros cuadrados. Esto es bastante pequeño, pero fue posible encontrar lugar no solo para la placa de cocina, sino también para un lavavajillas y un refrigerador. Se eligió el lugar perfecto para este último. Es increíble, pero de esta pequeña cocina se logró hacer un espacio cómodo y funcional en el que cualquier ama de casa estará feliz de cocinar. Sin embargo, también hay algunos inconvenientes menores. Creo que los imanes excesivos en el refrigerador no aportan estética. También me incomoda un poco la cinta plateada que divide el espacio en zonas.