“De Ken a una dama de silicona con curvas voluptuosas”: ¡La figura antinatural de Barbie de 40 años, Jessica Alves!

Tomando el alias de Jessica, el brasileño Rodrigo Alves emprendió un viaje de transformación impulsado por una obsesión con la cirugía plástica. Inicialmente, se convirtió en Ken a través de una serie de modificaciones corporales, solo para luego evolucionar hacia Barbie, una metamorfosis que continúa incluso cuando Jessica alcanza la edad de 40 años.
A lo largo de los años, Alves ha pasado por innumerables procedimientos quirúrgicos, esculpiendo una figura femenina con contornos llamativos.
Sin embargo, como observan los fans en las redes sociales, las mejoras de Jessica han alcanzado un extremo. Algunos comparan sus proporciones con “bolas” desde perspectivas frontal y posterior.
A pesar de las extensas alteraciones que han dejado a Alves casi irreconocible, ella continúa refinando su apariencia con la ayuda de máscaras y filtros, evidente en sus frecuentes publicaciones en redes sociales luciendo su figura.
El impulso inicial para la transformación de Alves, derivado de la insatisfacción con su nariz, ha evolucionado hacia una búsqueda implacable de la perfección física. Financiando numerosas cirugías, Jessica no escatima gastos en su búsqueda de una figura ideal.
Aunque admite abiertamente su aversión por el deporte, el amor de Jessica por una figura hermosa se manifiesta a través de la cirugía plástica.
Con la ayuda de cirujanos hábiles, ha logrado una silueta de reloj de arena caracterizada por un busto amplio, glúteos prominentes y una cintura estrecha.
Sin embargo, tanto expertos médicos como fans expresan preocupaciones sobre las intervenciones cosméticas excesivas, particularmente evidentes en el aumento de caderas, piernas y glúteos.
Es notable que Alves ha pasado por procedimientos que implican un asombroso 9 litros de relleno solo en sus glúteos.
A pesar de los fervientes ruegos de los admiradores instando a Jessica a cesar sus transformaciones, su figura ha adquirido una apariencia antinatural y parecida a una muñeca, evocando más “compasión” que admiración.
Si bien los cambios externos de hombre a mujer se manifiestan rápidamente para Alves, su voz conserva su timbre masculino.
Sin embargo, Jessica permanece imperturbable ante esta incongruencia, priorizando el atractivo estético de su forma sobre todo lo demás.