Kelly Fisher fue una modelo codiciada y exitosa, desfilando en pasarelas y colaborando con marcas reconocidas. Como una de las mujeres más bellas y atractivas, no es de extrañar que llamara la atención de Dodi Al-Fayed Jr., el hijo del empresario y multimillonario egipcio. Dodi se obsesionó con la modelo, y poco después, le propuso matrimonio.

Dodi le entregó a Kelly un lujoso anillo de zafiro negro, y la pareja fijó una fecha y lugar para su boda. Cabe destacar que Dodi era extremadamente celoso y no quería que Kelly continuara trabajando ni exponiéndose al público. Por amor a él, ella dejó su carrera y comenzó a prepararse para su vida juntos.

Pero un día, Kelly se topó con una foto en un periódico de Dodi con la Princesa Diana. La pareja estaba de vacaciones en un yate, captada en un beso. El mundo entero estaba hablando de su romance. Fisher quedó atónita y no podía creer lo que veía. Inmediatamente llamó a Dodi, exigiendo una explicación. Él simplemente le informó que la boda se cancelaba.

Devastada por la traición, Kelly demandó a Dodi. Había renunciado a su carrera por él y sufrió pérdidas económicas significativas. También buscó una compensación por el daño emocional que soportó. Sin embargo, Dodi pronto murió en un accidente de coche junto a la Princesa Diana. Kelly decidió retirar su demanda y optó por no emprender acciones legales contra el padre de su exnovio.

En 2008, Kelly habló abiertamente sobre su relación con Dodi, revelando su correspondencia y llamadas telefónicas grabadas.

El público pronto se dio cuenta de que la Princesa Diana había sido engañada una vez más por un hombre. Dodi nunca la amó; ella solo fue un medio para que él accediera a la alta sociedad. En cuanto a Kelly, eventualmente se casó con un piloto, tuvo un hijo y comenzó a trabajar en el sector inmobiliario.