El bebé recién nacido no dejaba de llorar, sin importar lo que su mamá intentara: ¡Luego sus padres revisaron la cuna!
La vida de Walter y Abby dio un giro inesperado tras el nacimiento de su hijo, Logan. Una noche, cuando los llantos de Logan se volvieron insoportables, Abby se derrumbó, agotada de intentar todo para calmarlo. Desesperado por ayuda, Walter fue a ver al bebé, solo para encontrar un dictáfono en la cuna con una nota escalofriante. La nota exigía un rescate de 200,000 dólares y advertía que no involucraran a la policía. La pareja quedó devastada, y Walter sospechó de inmediato que el conserje al que había insultado en el hospital de maternidad estaba detrás de todo esto.
A pesar de la amenaza, Walter decidió acudir a la policía, temiendo lo peor si no actuaban. Pero cuando llegó un segundo mensaje, amenazando con hacerle daño a Logan si involucraban a las autoridades, Walter eligió pagar el rescate, con la esperanza de recuperar a su hijo. A medida que seguía las instrucciones del secuestrador, su sospecha creció cuando apareció el conserje, pero resultó que el conserje solo había sido pagado para entregar el dinero del rescate y no tenía idea de dónde estaba Logan. Después de descubrir que el dinero había desaparecido y que el armario había sido manipulado, Walter se quedó con más preguntas que respuestas.
De vuelta en casa, los peores temores de Walter se hicieron realidad cuando descubrió que Abby había desaparecido, llevándose todas sus pertenencias. Su corazón se hundió al darse cuenta de la verdad: Abby había sido la responsable del secuestro de Logan desde el principio. Devastado por su traición, Walter decidió tomar cartas en el asunto. Se asoció con un médico del hospital de maternidad, quien llamó a Abby y le dijo que Logan necesitaba tratamiento urgente, una táctica para atraerla de regreso al hospital con el bebé.
Cuando Abby y su cómplice, James, el hermano de Walter, llegaron al hospital, Walter ya había informado a las autoridades. Los agentes del FBI intervinieron, arrestando a Abby y James por secuestro. Abby, furiosa y frenética, intentó defender sus acciones, alegando que Logan estaba enfermo, pero Walter reveló la verdad: Logan estaba perfectamente saludable. La furia de Abby se intensificó mientras se lanzaba hacia Walter, pero la policía rápidamente la detuvo.
Mientras los agentes se llevaban a Abby y James, Walter sostuvo a Logan con fuerza, aliviado de tener a su hijo de vuelta. Sin embargo, sabía que esto estaba lejos de haber terminado. Las acciones de Abby habían destrozado a su familia, y Walter tuvo que hacer frente a la dolorosa traición. A pesar de todo, juró proteger a Logan a toda costa.