El hombre nacido con una condición rara es a menudo llamado “El Hombre Árbol”: ¡Está feliz de poder abrazar a su hija nuevamente después de numerosas cirugías!
El “Hombre Árbol” es una persona cuya vida ha sido profundamente afectada por una rara condición que causa malformaciones severas en sus manos. Conocido inicialmente por esta única condición, ha enfrentado numerosos desafíos y se ha sometido a múltiples cirugías. Hoy en día, gracias a su inquebrantable determinación y a la habilidad de los profesionales médicos, ha encontrado una profunda alegría al poder simplemente abrazar a su hija de nuevo.
Abul Bajandar, de Bangladesh, sufre de una rara condición conocida como el síndrome del “Hombre Árbol”. Este trastorno hereditario, aunque no contagioso, es actualmente incurable, con las cirugías ofreciendo solo un alivio temporal. La lucha de Abul no es solitaria, ya que otras personas en el mundo también enfrentan las dificultades de este síndrome.
El síndrome provoca el crecimiento de la piel en forma de verrugas que se asemejan a la corteza de un árbol. Estos crecimientos, que comienzan como pequeños bultos, pueden expandirse considerablemente, llevando a una discapacidad significativa para quienes lo padecen.
La condición de Abul apareció por primera vez en su adolescencia, entre los 13 y 14 años, comenzando con pequeñas verrugas. A medida que envejecía, la condición empeoró rápidamente, afectando varias partes de su cuerpo.
Después de someterse a 16 cirugías entre 2016 y 2017 en el Hospital Universitario de Medicina de Dhaka en Bangladesh, Abul logró un hito importante: pudo volver a abrazar a su hija. Estas cirugías tenían como objetivo eliminar las lesiones en forma de corteza de sus manos y pies, ofreciendo un rayo de esperanza en su lucha contra el síndrome del Hombre Árbol.
A pesar del frustrante retorno de su condición, Abul sigue siendo esperanzado y resiliente. Aunque los médicos observaron la reaparición del síndrome, Bajandar se mantiene optimista, afirmando: “Mi único sueño es recuperarme de esta situación y llevar una vida sana”.
Sus sentidas palabras reflejan no solo su lucha personal, sino también un deseo universal por la salud y la recuperación.
La esperanza perdurable de Bajandar es evidente cuando expresa: “Todo lo que puedo decir es que realmente creo y espero que exista una cura para esta enfermedad”. Frente a la adversidad, su espíritu se mantiene fuerte, representando el coraje de aquellos que luchan contra condiciones médicas raras y desafiantes.