El perro del refugio no dormía por las noches y observaba fijamente a sus dueños… Cuando descubrieron por qué, se les rompió el corazón
             
      La pareja siempre había soñado con tener un perro. Querían alguien que llenara su hogar de alegría y ternura. En lugar de comprar un cachorro, decidieron adoptar uno del refugio: darle una nueva oportunidad a quien ya había sido olvidado.
En cuanto la vieron — grande, blanca, con unos ojos bondadosos — supieron que era ella. Era obediente, tranquila y cariñosa. Se adaptó enseguida a la casa y a su rincón junto a la cama. Todo parecía perfecto… salvo por un detalle inquietante.
Algunas noches, la pareja despertaba y veía al perro sentado sobre la cama, mirándolos fijamente. En silencio. Sin moverse. Había algo extraño en esa mirada.
— Quizá tiene pesadillas, — decía la esposa.
— O tal vez solo nos cuida, — intentaba bromear el marido.

Pero las noches pasaban, y el perro seguía igual. A veces apoyaba su pata sobre el pecho o el rostro de alguno de ellos, como si comprobara algo. Una madrugada, la esposa abrió los ojos y lo vio encima de su marido, inmóvil, observándolo. Gritó aterrada.
A la mañana siguiente decidieron instalar una cámara para averiguar qué ocurría mientras dormían.
Cuando vieron la grabación, quedaron sin aliento.
El perro no cerró los ojos ni un instante. Se mantenía atento toda la noche, y de vez en cuando se acercaba, colocaba una pata sobre ellos, y volvía a su lugar.
— Esto no es normal, — dijo la esposa con voz temblorosa. — Tenemos que devolverlo al refugio.

La trabajadora del refugio escuchó en silencio. Luego suspiró.
— Oh, Dios mío… ustedes no lo sabían. Su antiguo dueño era un anciano. Murió mientras dormía. El perro estuvo a su lado hasta que llegaron los vecinos.
El silencio llenó la habitación.
— No los vigila por miedo, — continuó ella. — Los vigila por amor. Quiere asegurarse de que sigan respirando.
La mujer rompió a llorar. El marido guardó silencio. Volvieron a casa — los tres juntos.
Y desde entonces, cada noche, cuando el perro se sienta junto a la cama y los observa en calma, ellos ya no sienten miedo.
Solo gratitud.