La familia real británica vuelve a estar en el centro de la atención pública tras la decisión del rey Carlos III de nombrar al príncipe William como nuevo Coronel en Jefe del Army Air Corps, un cargo que anteriormente desempeñaba el príncipe Harry. Según el comentarista real Richard Fitzwilliams, esta designación habría afectado profundamente a Harry, quien, según informes, no pudo contener las lágrimas tras conocer la noticia. En vista de la larga historia de tensiones entre los hermanos, algunos interpretan este gesto como un golpe especialmente doloroso para Harry, que a menudo ha vinculado a William con muchos de los desafíos que ha enfrentado dentro de la institución monárquica.

Fitzwilliams considera que esta medida representa una postura más firme de la familia real hacia Harry, especialmente después de su renuncia a los deberes reales y las revelaciones hechas en entrevistas y en sus memorias. Perder el título militar del Army Air Corps —que Harry valoraba profundamente por su propio servicio activo en el ejército— simboliza las consecuencias de alejarse de las responsabilidades reales. Para Harry, la vida militar fue uno de los pocos ámbitos en los que se sintió valorado por sus méritos personales y no por su sangre azul, lo que hace que este cambio sea aún más significativo.

Como respuesta simbólica a lo que muchos ven como un desplazamiento, Harry apareció en el servicio conmemorativo por el décimo aniversario de los Juegos Invictus luciendo con orgullo la insignia de la Orden Real Victoriana (KCVO), un honor que le otorgó la reina Isabel II. El biógrafo real Tom Quinn interpretó este gesto como una manera sutil de Harry de recordar al mundo —y a la familia real— su vínculo con su pasado real y las contribuciones que en su momento fueron reconocidas por su abuela.

La elección del momento para anunciar el nuevo rol de William ha generado aún más comentarios, dado el ya tenso vínculo entre Harry y el rey Carlos III. Durante la reciente visita de Harry al Reino Unido, muchos esperaban un reencuentro con su padre. Sin embargo, no se produjo ningún encuentro, supuestamente por la apretada agenda del monarca. Este aparente desaire provocó decepción en la opinión pública y generó simpatía hacia Harry. Aunque un portavoz del duque expresó comprensión y esperanza de un futuro acercamiento, la ausencia de ese encuentro solo reforzó la percepción de un distanciamiento cada vez mayor.

La situación se agrava aún más con las propias declaraciones de Harry sobre su deteriorada relación con William. En entrevistas anteriores, ha confesado que su madre, la princesa Diana, estaría devastada por su distanciamiento actual y desearía que ambos se reconciliaran. Ante hechos como la reasignación del título militar y la falta de diálogo con su padre, el impacto emocional en Harry es más que evidente. Su historia pone en primer plano las consecuencias personales de renunciar a la vida real y las complejas dinámicas que persisten en el seno de la Casa de Windsor.