Meghan Markle irradia felicidad. En su California natal, se siente como en casa, aprovechando al máximo su título que le ha abierto las puertas a la alta sociedad. Mientras tanto, el Príncipe Harry tiene dificultades para encontrar su lugar. Intenta asumir el papel de “chico normal”, pero en América, todos recuerdan que Harry es un príncipe británico.

Se siente fuera de lugar. Harry ha perdido todos sus patrocinios y se ha distanciado de amigos cercanos e incluso de excolegas. Ellos no quieren tener nada que ver con él después de sus memorias. Los colegas se desilusionaron con sus comentarios sobre su servicio y los soldados caídos, que muchos consideraron sacrílegos. Una vez, Harry fue un ejemplo para ellos.

El príncipe lo ha perdido todo: su hogar, su familia y sus amigos. No ha encontrado su propósito y sigue aislado en su lujoso paraíso californiano. Sufre de soledad y le resulta cada vez más difícil pretender llevar una vida feliz con Meghan al otro lado del océano. Harry lucha por mantener las apariencias.

Mientras tanto, Meghan Markle asegura que su esposo nunca ha sido más feliz que ahora. Los fans de la realeza creen que no pasará mucho tiempo antes de que Harry regrese al Reino Unido.