El valor de una madre: La emotiva carta al médico que le aconsejó interrumpir el embarazo

Cuando Courtney Baker quedó embarazada de su tercer hijo, esperaba un parto sin complicaciones. Sin embargo, en un control de rutina recibió una noticia inesperada: su bebé había sido diagnosticada con síndrome de Down. El médico le sugirió abortar, asegurando que criar a un hijo con esta condición afectaría negativamente la calidad de vida de toda la familia. A pesar de la recomendación, Baker se mantuvo firme en su decisión de continuar con el embarazo, confiando en el poder de su amor y compromiso.
Hoy, Baker es una madre orgullosa de tres hijos y una apasionada defensora de las personas con síndrome de Down. En redes sociales comparte las alegrías de criar a su hija Emersyn—cariñosamente llamada Emmy—mostrando que la vida de estos niños puede estar llena de felicidad, ternura y significado. Además, ha alzado la voz contra países como Islandia y Dinamarca, criticando sus políticas destinadas a eliminar el síndrome de Down a través del aborto, y calificando esas prácticas como “nada de lo que enorgullecerse.”
Como parte de su lucha, Baker escribió una emotiva carta al especialista prenatal que le había recomendado interrumpir el embarazo, y la publicó en su página de Facebook. En ella expresó su tristeza por la falta de compasión y apoyo que recibió en uno de los momentos más vulnerables de su vida. Contrastó su experiencia con la de una amiga, cuyo médico, al dar el mismo diagnóstico, simplemente dijo: “Es perfecto.”
Baker explicó que aquellas palabras del especialista la hicieron sentir triste y sola, aunque nunca llegó a guardar rencor. Más bien sintió pesar por él, convencida de que había perdido la “capacidad de asombro” ante el milagro de la vida. También compartió su dolor por todas las madres que, como ella, habrían recibido ese mismo consejo frío y desalentador.
Al final, su mensaje es claro: desea que los médicos digan la verdad, que un hijo con síndrome de Down es “absolutamente perfecto.” Su hija Emersyn ha llenado de amor y alegría a toda la familia, convirtiéndose en prueba viva de que los niños con esta condición no solo merecen vivir, sino que también son capaces de inspirar profundamente a quienes los rodean.