Amanda Tod puede que no cumpla con los estándares convencionales de modelo, pero su presencia atrae la atención de todos modos. Desde joven, Amanda se destacó entre sus compañeros debido a su apariencia distintiva, lo que la dejó con pocos amigos pero mucho tiempo para dedicarse a sus estudios académicos.

A pesar de destacarse académicamente, Amanda se sintió atraída por las artes culinarias, una pasión que cultivó desde la infancia. Mientras buscaba ingresar a una escuela de cocina, también se aventuró y aplicó a una agencia de modelos, aunque discretamente.

Para su sorpresa, Amanda recibió una respuesta positiva y pronto se encontró embarcando en su primer trabajo como modelo.

Inicialmente encontrando resistencia por parte de sus padres, el éxito de Amanda en la industria finalmente los convenció, especialmente después de recibir su primer salario.

El viaje de Amanda sirve como testimonio de la idea de que cualquiera puede perseguir y alcanzar sus sueños, independientemente de las normas o expectativas sociales.