¡Era perfecta antes de la cirugía! ¿Recuerdas cómo lucía originalmente?

 ¡Era perfecta antes de la cirugía! ¿Recuerdas cómo lucía originalmente?

La modelo ucraniana Alena Omovych ha encendido un acalorado debate tras mostrar cómo lucía antes de someterse a múltiples cirugías estéticas. Para muchos, era considerada “perfecta” en su estado natural, pero su transformación radical ha provocado reacciones intensas. En redes sociales, se leen comentarios como: “Pobres padres… su hija ya no está, fue reemplazada por el bisturí de un cirujano.” La propia Omovych justificó sus múltiples cambios con una frase que deja entrever un profundo conflicto interior: “No podía aceptarme.”

Con más de 2 millones de seguidores en Instagram y residenciada ahora en Dubái, Alena es una figura que genera conversación tanto en Kiev como en chats de grupo por todo el mundo. Su camino de transformación ha incluido decenas de procedimientos, siendo uno de los más recientes el aumento de glúteos: pasó de implantes Motiva de 190cc a unos Polytech de 390cc. Ella misma bromea al respecto: “Ahora sí que no entro entre los asientos del avión.” Su “zona para sentarse”, como la llama, ¡pesa más que una laptop!

El compromiso de Alena con la cirugía estética parece no tener pausas. Visita a su cirujano de cabecera, Maxim Ivanchuk, con más frecuencia que a sus propios amigos. Su calendario quirúrgico es casi una rutina de moda: “¿Año nuevo? ¡Toca pecho nuevo! ¿Primavera? Hora de la rinoplastia. ¿Otoño? Mejillas renovadas.” Y fuera del quirófano, mantiene una rutina de belleza casi quirúrgica: desde mesoterapia hasta suplementos. Incluso asegura que sus “folículos de pestañas beben colágeno.” Ella misma lo resume así, entre risa y sinceridad: “Soy deporte, cuidados, un poco de biotina… y un par de litros de silicona.”

La reacción del público ante su imagen cambiante está profundamente dividida. Algunos la aplauden por su transformación; otros no disimulan su desconcierto. Entre los comentarios más llamativos están: “¡Alena, eres un filtro con piernas!”, “De diosa a personaje de Mortal Kombat,” y “Cada operación suya es como un nuevo episodio de un drama en Netflix.” Pero más allá de las críticas—algunas mordaces, otras divertidas—lo cierto es que Alena sigue sumando seguidores, contratos publicitarios y atención mediática. Su historia, por polémica que sea, no pasa desapercibida.

El artículo cierra con una comparación tan extrema como simbólica: llaman a Alena una “muñeca versión 2025”, como si fuese un avatar del metaverso más que una persona, con una “versión de firmware” en lugar de fecha de nacimiento. Esa imagen lo dice todo: su transformación ha alcanzado un nivel casi irreal. La historia de Alena Omovych es un retrato vívido de lo que significa llevar la cirugía estética al límite—con cada marca quirúrgica como un paso más hacia su visión radical de la belleza.

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