Jamie Lee Curtis ha sido durante décadas una figura constante en Hollywood, reconocida no solo por su talento interpretativo, sino también por su increíble capacidad de reinventarse con el paso del tiempo. Su gran salto a la fama llegó en 1978 con el icónico papel de Laurie Strode en Halloween, una película que dio origen al género slasher moderno y le valió el apodo de “Reina del Grito”. Sin embargo, desde el principio, Curtis dejó claro que era mucho más que una actriz de terror: su versatilidad le permitió moverse con soltura entre la comedia, el drama y mucho más.

Hija de dos leyendas del cine, Tony Curtis y Janet Leigh, Jamie parecía destinada a seguir sus pasos, pero eligió forjar su propio camino. Tras su inicio en el cine de terror, se volcó con naturalidad en la comedia, brillando en clásicos como Entre pillos anda el juego (1983) y Un pez llamado Wanda (1988), donde demostró un gran sentido del humor y una audacia que la convirtieron en una estrella capaz de liderar éxitos de todo tipo.

Su permanencia en la cima también se debe a su autenticidad. Jamie nunca ha ocultado sus luchas personales, incluyendo su batalla contra las adicciones y su proceso de recuperación. Con valentía, se ha convertido en una voz influyente a favor de la salud mental y la sobriedad. Además, ha triunfado como autora de libros infantiles y es una firme defensora de causas sociales como la atención pediátrica y la igualdad de derechos.

En los últimos años, Curtis ha vivido un nuevo auge profesional. Regresó al género que la vio nacer con las recientes entregas de Halloween y obtuvo elogios de la crítica por su papel en la multipremiada Todo en todas partes al mismo tiempo (2022). Gracias a su interpretación de la inspectora del IRS Deirdre Beaubeirdre, ganó el Óscar a Mejor Actriz de Reparto en 2023, un merecido reconocimiento tras décadas de dedicación.

Jamie Lee Curtis es mucho más que una actriz aclamada: es símbolo de perseverancia, reinvención y autenticidad. De reina del terror a estrella de la comedia y finalmente ganadora del Óscar, ha roto moldes sin perder su esencia. Con casi 50 años de carrera, sigue siendo una figura querida y admirada tanto dentro como fuera del cine.