Jennifer Grey se sintió “invisible” después de una transformación facial: su “cirugía de nariz infernal” la volvió ‘anónima’.
Jennifer Grey, conocida por su papel como ‘Baby’ en la icónica película Dirty Dancing, enfrentó expectativas de una carrera en auge. Sin embargo, la tragedia golpeó, alterando su trayectoria y llevándola a despedirse de la industria cinematográfica.
Cuando Dirty Dancing llegó a los cines en agosto de 1987, logró un éxito monumental, convirtiendo a Patrick Swayze en un ídolo adolescente. Sin embargo, Jennifer Grey, la protagonista femenina, desapareció en medio de las celebraciones.
Jennifer Grey, nacida en 1960 en Nueva York de la mano del actor Joel Grey, inició una carrera en el entretenimiento, obteniendo roles en comerciales de televisión y debutando en el cine en “Reckless” en 1984. Su gran avance llegó con “Dirty Dancing”, ganándole fama y una nominación al Globo de Oro.
La tragedia golpeó poco antes del estreno de la película cuando Grey y su entonces novio Matthew Broderick sufrieron un accidente automovilístico en Irlanda. El accidente resultó en dos víctimas mortales, y aunque Grey sobrevivió físicamente, llevaba cicatrices mentales duraderas.
La yuxtaposición de la culpa del superviviente y la nueva fama tuvo un costo. A pesar del éxito de la película, Grey no pudo disfrutarlo completamente. Luchó con el trauma y se sometió a cirugía plástica, alterando significativamente su apariencia.
La cirugía la dejó sintiéndose “anónima” y llevó a una carrera intermitente en Hollywood. En 2010, ganó ‘Dancing with the Stars’, marcando un resurgimiento. Grey recuperó el protagonismo, enfatizando la importancia del apoyo de los fanáticos.
En 2018, Grey dio pasos adicionales hacia el foco de atención, apareciendo en proyectos como ‘Untogether’ y la comedia ‘Red Oaks’. Su viaje refleja la resistencia y el impacto tanto de la tragedia como de la percepción pública en una carrera en Hollywood.