En una conversación con Kylie Jenner, grabada para la revista “Interview”, Jennifer Lawrence habló sobre algunos cambios recientes en su apariencia. Mencionó que ha perdido mucho peso y que, además, está envejeciendo.

Referirse al envejecimiento a los 33 años es, cuando menos, curioso. Pero no exactamente inteligente. La gente ha respondido, señalando que la grasa extra probablemente no desapareció sin la ayuda de algunas inyecciones. Incluso a simple vista, tanto expertos reales como críticos de sillón han encontrado evidencias que respaldan sus teorías.

Claro, las cejas pueden ser depiladas y pintadas como se desee. Pero sus ojos, pómulos y nariz parecen haber adquirido nuevas formas. Sus párpados se han levantado a tal punto que es difícil creer que la estrella no se haya hecho un lifting. Definitivamente, algo ha cambiado en su mentón, ya que su línea de la mandíbula ahora se ve más pronunciada. Los comentaristas han notado que ha perdido su encanto, su singularidad e incluso que se ha “embellecido” menos.

Hay rumores de que se ha inyectado labios. Sin embargo, Jennifer afirma que todo es obra de su maquillador, Hung Vanngo, a quien se refiere humorísticamente como el único “cirujano” responsable de sus transformaciones. Admite que en su juventud experimentó con rellenos labiales, pero ahora prefiere una buena rutina de maquillaje. Hung es un maestro en su oficio, y han estado trabajando juntos durante los últimos meses.

Los fotógrafos también ayudan a suavizar cualquier imperfección, destacando sus atributos naturales. Esto da la ilusión de que Jennifer ha cambiado drásticamente. Quizás no esté ocultando nada, dado que ha hablado abiertamente sobre su cirugía de aumento de senos, que se realizó antes de que naciera su hija, algo de lo que ahora se arrepiente. Desearía haber esperado más para el procedimiento.