La chica afgana en la foto ya tiene 50 años: ¿Cuál fue su destino más tarde?

 La chica afgana en la foto ya tiene 50 años: ¿Cuál fue su destino más tarde?

En 1985, la mirada esmeralda de una niña refugiada afgana perforó la lente de Steve McCurry, un fotoperiodista aclamado. La imagen, que se convertiría en sinónimo de la Guerra de Afganistán, nació del éxodo forzado.

Sharbat Gula, obligada a huir de la violencia en su aldea, encontró cobijo junto a su familia en un campo de refugiados en Pakistán. Allí, McCurry, documentando el drama de los desplazados afganos, la encontró en una escuela improvisada. Con un permiso especial, que desafiaba las restricciones culturales, capturó la cruda emoción de la niña afgana con el velo apartado momentáneamente.

La fotografía trascendió fronteras, convirtiéndose en un emblema del costo humano de la guerra en los refugiados. Reproducida masivamente, solidificó su lugar como una de las imágenes más icónicas de la época. Durante años, la identidad de Sharbat permaneció en el misterio. McCurry, sin embargo, no se rindió. Regresó a Afganistán en 2002, impulsado por el deseo de encontrar a la niña de sus lentes. La halló convertida en una mujer casada con hijos, y con su consentimiento, recreó la imagen.

La vida de Sharbat continuó marcada por las penurias. Regresó a Afganistán y formó una familia, pero los conflictos persistentes la obligaron a desplazarse nuevamente. Tras la muerte de su esposo en 2012, vivió indocumentada en Pakistán hasta ser deportada.

Afortunadamente, el presidente afgano intervino, proporcionando a Sharbat y a sus hijos una vivienda en Kabul. Hoy, la imagen de la joven refugiada, grabada para siempre en la historia, representa tanto la resiliencia del pueblo afgano como el poder perdurable del fotoperiodismo que captura no solo un instante, sino un destino.

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