Angelina Jolie sigue perdiendo peso. Con una altura de casi 170 centímetros, pesa menos de 45 kilogramos. Tiene que usar abrigos incluso en el calor del verano. Hace tiempo que parece un esqueleto ambulante. Sus piernas y brazos delgados, así como sus huesos prominentes, han asustado a quienes la rodean.

Ahora, incluso los hijos de la actriz se han preocupado por su estado. En su momento, Brad Pitt vigilaba cuidadosamente la dieta de su esposa. Le daba de comer casi con cuchara y se aseguraba de que Angelina terminara su porción. Pero después del divorcio, la actriz dejó de cuidarse.

Y hoy, los hijos adultos hacen lo mismo. Organizan almuerzos y cenas juntos, y ellos se aseguran de que su madre coma un poco más. Después de todo, su peso ya se considera crítico.