¡Madonna, de 66 años, se apoya en su prometido de 29 para no caer!: ¡Mira las nuevas fotos!

 ¡Madonna, de 66 años, se apoya en su prometido de 29 para no caer!: ¡Mira las nuevas fotos!

El bastón de desfile es un símbolo clásico del espectáculo y la elegancia, habitual en manos de majorettes, líderes de banda y jefes de desfile. Tradicionalmente, este bastón era una varilla delgada y ligera, hecha de metal o plástico, a menudo decorada con extremos brillantes o cintas llamativas. Su función no era solo girar y lanzar al aire, sino también servir como herramienta para captar la atención y guiar con estilo y presencia a bandas y desfiles. Ver a una artista hábil haciendo girar el bastón por los aires y atrapándolo con precisión milimétrica era un espectáculo infaltable en fiestas y celebraciones públicas.

En décadas pasadas, especialmente a mediados del siglo XX, el arte de girar el bastón era toda una sensación, sobre todo en pueblos pequeños y festividades comunitarias en Estados Unidos. Las bandas escolares y universitarias contaban con majorettes que ejecutaban rutinas coreografiadas con sus bastones, luciendo uniformes brillantes llenos de lentejuelas. Estos actos, acompañados por música enérgica de banda, lideraban los desfiles con giros sincronizados, lanzamientos espectaculares y patadas al aire que dejaban al público maravillado.

Pero el bastón de desfile no era exclusivo de las majorettes. Los drum majors —líderes de banda— también usaban una versión más grande y ornamentada del bastón. Esta versión solía ser más pesada, con detalles metálicos, borlas decorativas e incluso luces en sus versiones más modernas. Además de aportar dramatismo al espectáculo, servía para comunicar señales visuales a los músicos: cuándo arrancar, detenerse, girar o cambiar el ritmo. Los movimientos del bastón, levantado, apuntando o girando con autoridad, eran esenciales para la coordinación del conjunto.

Más allá de los desfiles, el manejo del bastón se convirtió también en un deporte competitivo y una actividad recreativa. Clubes, escuelas y academias enseñaban a niños y jóvenes las técnicas de esta disciplina. Las competencias incluían desde presentaciones individuales hasta rutinas grupales, evaluadas por su técnica, creatividad y sincronía. En aquella época, era una actividad muy popular entre las niñas —aunque también participaban chicos— y ganar una competencia o liderar un desfile como majorette principal era motivo de gran orgullo comunitario.

Aunque hoy en día el arte de girar el bastón no tiene la misma presencia de antaño, aún conserva su lugar en desfiles tradicionales, presentaciones de bandas y organizaciones deportivas especializadas. Los bastones antiguos se han convertido en objetos de colección llenos de nostalgia, recordando tiempos en los que los desfiles, las majorettes con pasos altos y los bastones relucientes al sol eran momentos mágicos para la comunidad. El bastón de desfile sigue siendo un emblema de destreza, gracia y celebración festiva, conquistando corazones

Related post

Vídeos de internet