Mark Harmon, un pilar indiscutible de la televisión estadounidense durante más de cinco décadas, es recordado especialmente por dar vida al agente especial Leroy Jethro Gibbs en la exitosa serie NCIS. Su interpretación durante 18 temporadas convirtió al personaje en todo un ícono y catapultó la serie a la cima de la audiencia mundial. Mucho antes de eso, Harmon ya había construido una sólida carrera con papeles en aclamadas series como The West Wing, St. Elsewhere y JAG, donde justamente nació su legendario personaje. El arte corre por sus venas: es hijo del famoso jugador de fútbol americano Tom Harmon y de la actriz Elyse Knox, y sus hermanas, Kristin Nelson y Kelly Harmon, también brillaron en el mundo del espectáculo.

Nacido en Burbank, California, en 1951, Mark siguió los pasos deportivos de su padre como mariscal de campo en UCLA, y se graduó en Comunicación. Aunque inició su camino profesional en los negocios, pronto decidió seguir su vocación artística. Su papel en St. Elsewhere le dio notoriedad y, en los años 80, fue elegido como el “hombre más sexy del mundo” por la revista People. Pero fue después de los 50 años cuando alcanzó la cúspide, gracias a NCIS, serie que lo convirtió en una figura global con su estilo sereno y firme. Se despidió del personaje en la temporada 19, orgulloso del impacto mundial de la serie.

Pam Dawber, su compañera de vida desde hace 38 años, también dejó huella en la televisión. Se convirtió en rostro conocido en 1978 por su papel de Mindy en Mork & Mindy, junto al inolvidable Robin Williams. Más adelante participó en My Sister Sam y otros proyectos teatrales, televisivos y cinematográficos. Sin embargo, tras casarse con Harmon en 1987 y formar una familia, decidió alejarse de las cámaras para enfocarse en la crianza de sus dos hijos. En 2021, sorprendió gratamente al público al regresar brevemente a la pantalla compartiendo escenas con su esposo en NCIS.

La relación entre Mark y Pam ha resistido el paso del tiempo, construida sobre el respeto mutuo y el firme deseo de mantener su vida privada fuera del foco mediático. Harmon atribuye su éxito matrimonial a haberse casado en sus treintas, cuando ya sabían quiénes eran y qué querían. A pesar de sus diferencias, han sabido crear una familia estable y alejada del ruido de Hollywood, siendo ejemplo de discreción y solidez.

Sus hijos, Sean y Ty Harmon, también eligieron caminos dentro del mundo del entretenimiento. Sean ha seguido la actuación e incluso interpretó a una versión joven de Gibbs en NCIS, mientras que Ty se ha volcado al guionismo. Ambos han recibido elogios por parte de sus padres por su ética y creatividad. Con un perfil bajo y fuertes lazos familiares, los Harmon han construido silenciosamente un legado televisivo lleno de talento, humildad y amor verdadero.