Kelly Beasley, originaria de Marana, Arizona, se ha convertido recientemente en noticia por tomar una decisión tan radical como fascinante: combinar su pasión por la vida en casas rodantes con su deseo de mejorar su imagen. En agosto de 2023, esta entusiasta del estilo de vida nómada sorprendió al mundo al revelar que vendió su casa para financiar una importante cirugía estética. Su historia refleja perfectamente su carácter audaz y decidido, mostrando que está dispuesta a todo con tal de cumplir sus sueños, por muy poco convencionales que parezcan.

Los cambios drásticos no son nada nuevo para Beasley. En 2015, dejó atrás su hogar en Arizona para lanzarse de lleno a la vida sobre ruedas. Junto a su socio Marshall Wendler, cofundó la plataforma “Camp Addict”, un sitio web dedicado a compartir experiencias sobre la vida en vehículos recreativos y ofrecer consejos a otros amantes del estilo de vida itinerante. Más allá de su amor por la aventura al aire libre, Kelly siempre ha valorado el cuidado personal y la estética. Comenzó a usar rellenos dérmicos y Botox a finales de sus veinte años, manteniendo esa rutina durante más de una década.

Pero a los 48, notó que su rostro comenzaba a perder firmeza de forma acelerada. Sintió que había llegado el momento de un cambio más profundo. Tras investigar a fondo, optó por someterse a una serie de procedimientos: lifting facial, lifting de cuello, lifting de labios y transferencia de grasa desde los muslos. En Estados Unidos, el costo de este tipo de cirugía puede superar fácilmente los 50.000 o incluso 60.000 dólares, algo fuera de su alcance. Fue entonces cuando, gracias a un video en TikTok, encontró una alternativa mucho más accesible: una clínica en Tijuana, México, donde todo el proceso costaba apenas 14.000 dólares.

Convencida por las opiniones compartidas en un grupo de Facebook dedicado a la clínica EOC Plastics, Beasley decidió agendar la intervención para el 14 de febrero de 2023. Para costearla, vendió su casa de tres habitaciones en Arizona. Y, según cuenta, los resultados superaron con creces sus expectativas: “No pensaba verme más joven. Pero la gente dice que parezco de treinta y tantos. Me encanta cómo me veo. ¡Estoy fabulosa!”. La cirugía duró unas cuatro horas y, aunque experimentó poco dolor, tuvo que llevar una “faja facial” durante dos semanas de recuperación.

Una vez recuperada por completo, Kelly retomó su vida en la carretera sin perder el ritmo. Cuando su historia se volvió viral, se encontraba acampando en Lake Tahoe, California. Su cirujano, el Dr. Fabián Mendoza Macías, compartió el proceso de su recuperación en redes sociales. Más allá de su nueva imagen, Kelly quiere romper con los estigmas que aún rodean la cirugía estética. Con valentía, defiende el derecho de cada persona a perseguir lo que le haga feliz, sin miedo al juicio social.