A sus 18 años, Barron Trump ha comenzado discretamente su vida universitaria en la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York, donde lleva ya unos seis meses matriculado. Su breve ausencia en las aulas para asistir a la toma de posesión presidencial de su padre, Donald Trump, el 20 de enero, volvió a colocar su nombre en el centro de atención pública. Desde su regreso a NYU, ha sido visto en el campus acompañado por agentes del Servicio Secreto, una medida necesaria que añade cierta complejidad a su día a día. Un detalle que no ha pasado desapercibido es su sencilla mochila negra, que algunos interpretan como una señal intencionada de que prefiere integrarse antes que destacar.

Aunque ha crecido mayormente fuera de los focos, su estatura imponente y apariencia llamativa lo han convertido en objeto frecuente de curiosidad pública. Su transición a la adultez y su ingreso a la universidad no han hecho más que intensificar ese interés. Según reportes del Daily Mail, estudiantes afirman que Barron se ha vuelto “muy popular entre las chicas,” aunque la constante presencia de sus escoltas hace que socializar de forma espontánea no sea tan sencillo. Algunos compañeros incluso sienten empatía por él, señalando que no eligió vivir bajo el escrutinio constante ni cargar con las restricciones que vienen junto a su apellido.

Las reacciones entre los estudiantes de NYU son variadas. Mientras unos bromean con la idea de salir con él o se imaginan a sus padres animándolos a intentarlo, otros son más críticos y ven su presencia como símbolo del privilegio y la riqueza que muchos asocian con la comunidad estudiantil de esa universidad. Aun así, Barron ha encontrado una forma alternativa de conectarse con otros: a través de los videojuegos en línea. Se dice que juega EA Sports FC 25 en Discord, lo que le permite interactuar de forma más privada y auténtica con sus compañeros.

Un detalle que ha generado conversación es su elección de llevar una mochila negra de 88 dólares, un accesorio bastante modesto para el hijo de un multimillonario. Un usuario de TikTok comentó que esta elección parece calculada, como parte de un intento consciente de proyectar una imagen accesible y sencilla, alejada del lujo ostentoso. Algunos ven en esto una estrategia que encaja con la narrativa de su padre sobre valores “anti-elitistas” y una manera de construir, desde ya, una figura pública con atractivo popular. Sea intencional o no, esa mochila se ha vuelto un pequeño pero simbólico elemento en la historia de su nueva etapa.

Pese a haber crecido en un entorno muy protegido y privado, algunas revelaciones del estilista Nathan Pearce —quien trabajó con Barron durante la toma de posesión— muestran a un joven con sorprendente profundidad. Pearce lo describió como “brillantísimo,” maduro para su edad y con una gran curiosidad intelectual. También lo recordó como alguien educado, amable y con un agudo sentido del humor, algo sarcástico y seco. Desde hacer de guía en Mar-a-Lago hasta sostener conversaciones con profesionales experimentados, Barron empieza a mostrarse como mucho más que el hijo menor de los Trump — está forjando su propio camino, paso a paso, con discreción.