Con un poco de ingenio, es posible diseñar una cocina diminuta en un edificio de la era Jruschov que acomode una placa de cocción, las mesas necesarias y armarios. En cualquier caso, este ejemplo de transformación del hogar demuestra que todo es posible.

Por ejemplo, si se convierte el alféizar de la ventana en una barra donde una o más personas puedan comer, se logra un importante ahorro de espacio. En este caso, la dueña del apartamento es una mujer soltera, por lo que no tiene inconveniente en sentarse junto a la ventana para sus comidas.

Es cierto que el diseño del protector de pared con impresión fotográfica puede parecer algo anticuado. Sin embargo, la renovación se llevó a cabo en 2016, cuando aún estaba de moda. En esta historia, lo importante no es tanto la estética del interior, sino la forma en que la propietaria decidió distribuir los muebles de su cocina. Y lo hizo de manera excepcional.

La decisión más arriesgada, pero exitosa, fue mover la estufa de su ubicación habitual. Se optó por colocarla junto a una pequeña pared, separada del resto del mobiliario. La campana de color claro instalada sobre ella complementa la imagen de este rincón de la cocina. Además, una pantalla de vidrio protege la pared de posibles daños.

No se sabe qué tan cómodo resulta cocinar en una estufa dispuesta de forma tan inusual. La propietaria del apartamento no hizo comentarios al respecto. Algunos usuarios se mostraron sorprendidos de que la inspección de gas aprobara esta modificación y aseguraron que ellos no se arriesgarían a cambiar la posición de la estufa.