Rihanna regresó al ojo público tras un periodo dedicado a la maternidad, generando revuelo con una entrevista para Interview Magazine y una sesión fotográfica que ha dividido opiniones.

Después de dar a luz a sus dos hijos con el rapero A$AP Rocky, la cantante barbadense reapareció con una entrevista titulada “Rihanna está lista para confesar”. En ella, la artista ahonda en su relación con Rocky, la maternidad y sus sueños a futuro.

La entrevista revela que Rihanna y A$AP Rocky se conocían desde hace años, unidos por su pasión compartida por la moda y la creatividad. Su romance surgió con cautela, pero la pandemia aceleró su acercamiento y los llevó a formar una familia.

Si bien reconoce los desafíos de criar a dos hijos pequeños, Rihanna confiesa su deseo de tener más descendencia, idealmente una niña. Sin embargo, como madre lactante, también revela su anhelo por una cirugía de levantamiento de senos para recuperar su figura anterior al embarazo.

La verdadera protagonista de la polémica es la sesión fotográfica. Captada por Nadia Lee Cohen y con el estilismo del ex colaborador de Rihanna, Mel Ottenberg, las imágenes muestran a la cantante en poses atrevidas como una monja adornada con grills.

Esta representación ha causado especial malestar entre la comunidad católica, que la considera un acto sacrilegio.

La controversia se intensificó con la decisión de la revista de publicar en una red social restringida un video borroso de la sesión. Muchos han calificado la estética como excesiva e inapropiada.

El regreso de Rihanna a la escena musical ha generado gran atención, pero su audaz sesión fotográfica ha dejado dudas sobre si ha traspasado los límites.