La Segunda Guerra Mundial cobró millones de vidas y desgarró innumerables familias. A veces, los seres queridos se encontraban a miles de kilómetros de distancia, en continentes diferentes. Este fue también el caso de Peggy Seal, la heroína de esta historia.

Seis semanas después de su boda, Billy fue llamado a servir como piloto en el teatro europeo de la guerra. Aunque le dolía dejar a su joven esposa, su sentido del deber lo llevó a unirse a la lucha.

Lo último que Peggy supo con certeza sobre su esposo fue que él estaba pilotando misiones en Inglaterra y se esperaba que regresara a casa a finales de julio de 1944. Sin embargo, el 17 de julio, llegó un telegrama informando que Billy Harris estaba desaparecido en combate.

Peggy se negó a creer que su esposo se había ido. Durante años, envió consultas a archivos militares y a la Cruz Roja, pero nadie pudo proporcionar respuestas definitivas.

Demasiados documentos se habían perdido durante ese tiempo. Sin embargo, la esperanza de Peggy nunca se desvaneció. Casi 70 años después, se hizo otra solicitud, y resultó que, justo antes de esto, una mujer francesa había estado buscando registros sobre Billy. Peggy se preguntó quién podría ser esta mujer, y solo cuando se pusieron en contacto, la verdad salió a la luz.

Peggy viajó a Len-Ventes, donde fue recibida calurosamente por los lugareños agradecidos. Conoció al último testigo sobreviviente del accidente del avión de su esposo.

Así, después de casi 70 años, Peggy Seal encontró a su Billy, quien de hecho se había convertido en un héroe.