En 1980, Terry Fox, un joven canadiense que luchaba contra un cáncer de hueso, emprendió una hazaña monumental conocida como la “Maratón de la Esperanza”. Tras perder una pierna a causa de la enfermedad y recibir una prótesis, Terry decidió correr a través de Canadá para recaudar fondos y crear conciencia sobre la investigación del cáncer, soñando con mojar su pie en el océano Pacífico después de haber partido desde el Atlántico.

Durante 143 días, recorrió un promedio de 42 kilómetros diarios, sumando un total impresionante de 5.373 kilómetros, todo mientras soportaba un dolor constante. A pesar de su fuerza inquebrantable, el cáncer se extendió a sus pulmones, obligándolo a detener su travesía el 1 de septiembre de 1980. Terry falleció en febrero de 1981, poco antes de cumplir 23 años.

Su valentía conmovió al mundo entero. Su recorrido logró recaudar 23 millones de dólares para la investigación del cáncer—una cifra extraordinaria para un solo joven con una pierna protésica. Más aún, visibilizó la dura realidad de quienes enfrentan esta enfermedad, convirtiéndose en un símbolo de esperanza, resiliencia y entrega absoluta.

El legado de Terry Fox continúa a través de la Terry Fox Foundation, que financia proyectos de investigación y organiza carreras benéficas anuales en más de 50 países. Hasta hoy, la fundación ha recaudado más de 360 millones de dólares, demostrando que la determinación de una sola persona puede encender un movimiento global.

Terry Fox corrió hacia la vida, hacia la esperanza, recordándonos que, incluso ante obstáculos inimaginables, un solo individuo puede cambiar innumerables vidas. Su Maratón de la Esperanza inspira a generaciones a seguir adelante y a correr siempre hacia un futuro mejor.