En abril de 2019, se hizo público el divorcio de Adele de su esposo, el empresario Simon Konecki. A pesar de la separación, el hijo de la pareja sigue bajo el cuidado de la célebre cantante. Adele ha hablado abiertamente del divorcio en varias entrevistas, mencionando su deseo de mudarse a Los Ángeles como uno de los factores que contribuyeron a la ruptura.

Tras la separación, Adele finalmente pudo cumplir su sueño de adquirir propiedades en Los Ángeles. Compró dos casas, una de las cuales fue recientemente mostrada a los periodistas.

El interior de la impresionante casa de dos pisos se caracteriza por colores claros, con casi todas las habitaciones con papel tapiz en tonos nude. El hall de entrada conduce al primer piso, donde se encuentran múltiples dormitorios.

El lugar favorito de Adele en la casa es la cocina, ubicada en la planta baja. Bañada por luz natural y predominantemente blanca, la cocina irradia amplitud y calidez. Adele disfruta pasar mucho tiempo en esta área y comparte comidas con su hijo Angelo en el área de comedor separada.

Junto a la cocina, hay una sala de estar única, que sigue el estilo interior general de la casa, excepto por un detalle llamativo: un sofá rojo. Adele tiene un valor sentimental por esta pieza de mobiliario, aunque no ha revelado la razón a los reporteros de Vogue.

Adele se enorgullece de la espaciosa zona exterior de su casa, especialmente de su lujoso jardín de estilo inglés. Junto a su hijo, disfruta de largas tardes en este entorno sereno. Sobre todo, Adele valora la sensación de confort interior que ha logrado al mudarse a esta acogedora mansión de dos pisos con su hijo.