Incluso antes de que terminara el certamen, Chiara enfrentó una avalancha de comentarios de odio y especulaciones. Según los críticos en línea, la única razón por la que una chica con una pierna prostética podría haber sido aceptada en una competencia así era por lástima.

A los 13 años, Chiara perdió parte de su pierna izquierda por debajo de la rodilla tras un accidente automovilístico. A pesar de este evento que cambió su vida, nunca abandonó su sueño de convertirse en modelo. De manera notable, puede caminar con cualquier tipo de calzado, incluidos los tacones altos, gracias a su pierna protésica.

Chiara colabora con Models of Diversity, una organización reconocida por su enfoque poco convencional hacia la belleza, ya que no trabajan con “modelos estándar.” Lleva un estilo de vida activo, practica diversos deportes (incluso el patinaje sobre ruedas) y ahora sueña con convertirse en cirujana ortopédica.

Para Chiara, ganar no era el objetivo principal de participar en el certamen. Su intención era disfrutar de la vida y saborear cada momento de felicidad. “Puede que me falte una pierna, pero a ti te faltan corazón y cerebro,” respondió con firmeza a sus críticos.

Su historia es más que inspiradora: es un testimonio de resiliencia y de cómo romper con los estándares sociales.