Nikki Exotika, una exuberante mujer transgénero estadounidense de 40 años, es un torbellino de color y una oda a la transformación. Su historia está marcada por una serie de cirugías plásticas que ha convertido en un arte, reflejando su compromiso absoluto por alcanzar la apariencia deseada. Su recorrido la ha llevado a irradiar una alegría y una plenitud completamente nuevas.

Durante los últimos veinte años, Nikki se ha sometido a diversos procedimientos para emular la estética de la muñeca Barbie. Estos incluyen implantes mamarios, rinoplastias, lifting facial y corporal, e incluso terapia de voz.

En total, ha invertido más de un millón de dólares en su transformación, motivada por una fascinación infantil con la icónica muñeca.

Para Nikki, la decisión de adoptar el look de Barbie es profundamente personal, arraigada en su admiración de por vida por la muñeca e íconos del pop como Madonna. Desde los dos años, mostró una fascinación por el maquillaje y las muñecas, sintiéndose diferente a sus compañeros.

La transición fue un camino arduo para Nikki, plagado de comentarios hirientes y negatividad.

Sin embargo, el momento en que abrazó su verdadero ser le trajo una liberadora sensación de autenticidad.

El Instagram de Nikki la muestra junto a Justin Jedlica, conocido como “el Ken humano”, formando un vínculo fraternal. Su viaje compartido de transformación refleja su mutua pasión por la mejora estética.

Nikki no está sola en su búsqueda de una apariencia barbie. Dalia Naeem de Bagdad se ha sometido a numerosas cirugías para emular a la muñeca, aunque se ha enfrentado a críticas por su transformación extrema, siendo apodada por algunos como “zombie”.